Editorial por Luis Molina
Una de las cosas más tontas que he escuchado últimamente es que ahora resulta que las autoridades son las culpables por ciertas muertes de personas que se han accidentado en la autopista del 131 y la I-96.
Es verdad que a ese lugar se le debería de llamar la curva de la muerte. Sí la muerte, por qué siguen muriendo personas en ese tramo. Pero la realidad es que cada día vemos más gente irresponsable manejado en las calles, se llevan los altos, los semáforos en rojo, no reducen la velocidad y hacen cuanta tontería quieren en sus vehículos.
La mayoría de los que han muerto en ese lugar ya mencionado no ha sido mera coincidencia ni mucho menos. Son conductores irresponsables que creen que están en una pista de carreras y al final del día terminan con su vida.
Las autoridades no tienen que modificar nada en ese tramo de autopista, son los conductores los que deben de aprender, cada vez que muere una persona, a respetar los límites de velocidad. Está muy claro que en esas curvas de la autopista el límite de velocidad no se ha respetado y esas muertes caen bajo la misma responsabilidad de los mismos conductores.
Me ha tocado ver cómo muchos chamacos que se creen los dueños de las calles se llevan las luces en rojo y a gran velocidad. Eso representa un gran peligro para nuestra comunidad y siempre lo hemos dicho que esos jóvenes ocupan mano dura de parte de las autoridades.
Deberían endurecerse más las leyes, una simple infracción no es suficiente sino debería de dormir detrás de las rejas un buen tiempo sólo así aprenderían la lección, si es que la aprenden por qué algunos al parecer tienen la cabeza sin neuronas al seguir manejando así.
