Editorial por Luis Molina
El simple hecho de traer una máscara o cubrebocas unas cuantas horas, siendo sinceros nos harta, nos cansa, nos desespera, nos irrita y la lista es larga. Pero cuando pensamos las largas jornadas que han tenido que enfrentar los doctores, enfermeras, donde no solo lo tienen que usar un día sino que han tenido que soportar eso por meses y muchas veces no solo 8 horas laborales sino muchos hasta han tenido que soportar eso por largas jornadas de hasta 18 horas sin parar y todo para salvar vidas, ahí es cuando cambia la cosa.
Y si hablamos del servicio que ellos prestan en otros países, porque por lo menos aquí en Estados Unidos les dan lo necesario para que ellos se protejan y no solo los cubrebocas sino todo el equipo, pero si hablamos de otros países no corren con la misma dicha.
Por citar un ejemplo, en México, donde a muchos doctores y enfermeras el gobierno muchas veces ni siquiera les provee un cubrebocas y se han viralizado imágenes donde los doctores tienen que reciclar las bolsas que les dan a la hora de comprar su despensa para usarlas como protección para ponerlas en sus pies.
Es por eso que como ciudadanos debemos de ser comprensivos de su labor y el trabajo que ellos realizan cada día, una labor que muchas veces damos por sentado y en ocasiones hasta mal agradecidos somos con ellos.
Por tal razón la siguiente vez que usted se tope con un doctor o una enfermera, no lo pase desapercibido, esfuércese por mirarlo al rostro y dele una sonrisa de agradecimiento o si puede dele las gracias por su trabajo, tenga la seguridad que ese simple detalle es mucho para estas valientes personas que están al frente de la batalla contra el Covid-19, por mí, por usted, por nosotros, y por eso les damos GRACIAS, MUCHAS GRACIAS.
Sin duda muchos de ellos verán y leerán este editorial, así que si usted público en general está leyendo este editorial en facebook, aproveche a darles un like y dejarles un bonito comentario para que ellos vean y se den cuenta de cuánto apreciamos su gran trabajo.
