El caso de Sonja Hernández, madre del difunto Giovanni Mejías de 4 años de edad muerto el año pasado de trauma estomacal no irá a juicio. Esto debido a que la hispana se declaró culpable de mentir durante el juicio de su novio Elis Nelson Ortiz-Nieves, quien fue encontrado culpable de la muerte del menor y de abuso infantil en el Segundo Grado.
El día de su arresto en enero del año presente, el fiscal del Condado de Kent, Chris Becker, indicó que los cargos de abuso infantil en el Segundo Grado contra la mujer mexicana, no estaban relacionados con el incidente que resultó en la condena de Ortiz-Nieves.
Fue el 13 de junio del 2017, que el pequeño Giovanni fue encontrado inconsciente en un tráiler en la calle N. Green Meadow SE en la aldea Cutlerville, cerca de la calle 60 y la avenida S. Division. Inmediatamente fue transportado al hospital de niños Helen DeVos donde luego murió. Durante el juicio de Elis Nelson, el médico forense de Kent County testificó que el niño murió de trauma en su abdomen.
Hernández, de 30 años de edad, es acusada de mentir durante el juicio de Ortiz-Nieves y de fallar en proteger a Mejías y a sus otros cuatro hijos de abuso. El lunes 18 de junio, la hispana entró al salón de corte del juez Dennis B. Leiber esposada y vestida con el uniforme de la Cárcel del Condado de Kent, donde El Informador fue el único medio de comunicación presente, tanto en español como inglés.
Al declarase culpable de los cargos que enfrenta, la fiscalía le ofreció a Sonja entre 1 y 11 meses de cárcel por el cargo de perjurio y de 29 a 57 meses de prisión (de 2 a 6 años) por un cargo de abuso infantil en el 2do Grado, y por su declaración, otro cargo de abuso infantil en el Segundo fue despedido.
“¿Entiendes la naturaleza de estos cargos en tu contra?”, le preguntó el juez Leiber a Hernández, quien estaba parada frente a un podio y al lado de su abogado John R. Beason. “¿Quieres que te lea cada cargo en voz alta, y te declares culpable de los mismos?”, también le preguntó el juez.
“No su magistral”, contestó la hispana.
“¿Y piensas declararte culpable de estos dos cargos?”, también le preguntó Leiber.
“Si su magistral”, respondió la mexicana americana.
Leiber luego le señaló que si es encontrada culpable, la pena máxima por el cargo de abuso infantil sería 10 años, y 15 años por mentir bajo juramento. El magistrado agregó que no será castigada ni recompensada por su declaración o declaraciones que decida hacer, y que aunque la fiscalía ha presentado una oferta de sentencia en los dos cargos, no está obligado a seguirlas.
“Si no acepto la oferta, te lo haré saber y luego puedes retirar tu declaración e ir a juicio”, expuso el juez. “¿Entiendes eso?”.
“Si su magistral”, respondió la madre hispana.
“¿Tienes alguna pregunta sobre tus derechos?, también la cuestionó Leiber.
“No su magistral”, contestó la acusada.
“¿Y renuncias a tus derechos para declararte culpable?”, continuó el juez.
“Si su magistral”, contestó Hernández.
En eso Leiber le preguntó si estaba lista para declarar, a lo que la mujer hispana respondió afirmativamente.
“¿En cuanto a estos cargos, como te declaras?”, le preguntó el juez.
“Culpable su magistral”, respondió Sonja, quien no ha podido ver a sus hijos por más de un año desde que murió Giovanni.
Hernández luego le comentó al magistrado que nadie le había prometido algo en cambio por su declaración, nadie la había amenazado para declararse culpable de los cargos y lo estaba haciendo por su propia voluntad.
El juez también le preguntó a la hispana sobre uno de sus hijos (David, de 10 años), medio hermano de Mejías, ya que Hernández le expuso a los detectives durante la investigación de la muerte del niño difunto, que pudiera haber sido David, el responsable de su muerte.
La madre y familiares de la hispana, le explicaron a El Informador durante más de una docena de entrevistas el pasado año, que habían sido testigos de cómo el adolescente David golpeaba al fallecido niño. Incluso el padre de Ortiz-Nieves comentó que una vez tuvo que intervenir cuando observó como David sostenía a Giovanni pretendiendo dejarlo caer sobre su cabeza en su taller de mecánica en Wyoming.
Desde el principio del caso, Hernández y Ortiz-Nieves han mantenido que no tuvieron nada que ver con la muerte de Giovanni Mejías y que amaban mucho al niño.