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Con la variante Delta ganando terreno en el estado de Michigan y con un selector no vacunado restante renuente a la aplicación de la vacuna, la propagación del virus se ha convertido en un problema serio por tercera vez consecutiva y en un dolor de cabeza para las autoridades que no logran alcanzar sus metas.
Si esto sigue pasando no queda mayor remedio que exigir de nuevo el uso del cubrebocas, aunque muchos de nosotros no queramos y nos neguemos a hacerlo.
Y es entendible, la verdad no es justo tener que volver a usar un objeto que por meses nos molestó he incomodo solo porque los irresponsables no quieren ponerle solución con una simple vacuna, un piquete que va a salvarnos de ser contagiados o mínimo que no nos dé a niveles extremos y mortales.
A veces parecemos niños chiquitos, o así nos gusta que nos traten, ya que nos tienen que imponer reglas y obligarnos a cuidarnos si no, no lo hacemos, tal como es el uso de cubrebocas.
Y siendo realistas sería la mejor opción, lo mejor es y será que nos cuidemos, pero si no queremos hacer caso pues que nos obliguen, por otra parte está mal que por tonterías de esas personas tengamos que pagar justos por pecadores.
Toda persona que es responsable hará su parte en esto sin la necesidad de un jalón de orejas, haciéndolo por ellos mismos, por sus hijos, su pareja, sus padres y demás seres queridos.
