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Entre el oficio, la profesión y el emprendimiento ¿cuál es mejor?

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Opinión por Héctor Loya

En muchas partes del mundo, la generación, mejor conocida como los millennials, han redefinido las reglas del mundo laboral. Esta generación, que nació a principios de los 80 y mediados de los 90, ha crecido en un entorno de constante cambio social, económico y tecnológico.

Lo que sorprende a varios sectores sociales es que los millennials no han seguido las rutas tradicionales hacia los estudios universitarios y una vida profesional estable, muchos han decidido tomar un camino diferente, el de los oficios y el emprendimiento.

Es importante mencionar que no se trata de una tendencia pasajera, cada vez es más común ver que los jóvenes-adultos optan por convertirse en emprendedores de sus propios negocios, y que oficios como barberos, estilistas, maquillistas, fotógrafos, tatuadores o dedicarse a la colocación de uñas y pestañas, entre otros oficios se han vuelto cada vez más comunes.

 También han crecido los negocios independientes como panaderías, cafeterías, ventas por medios digitales y puestos de comida artesanal, todos ellos sectores donde los millennials están encontrando un espacio para desarrollarse económicamente y en donde no necesitan tener un estudio.

Considero que un factor clave para entender esta tendencia es el desencanto de muchos millennials que sienten hacia el mercado laboral tradicional. La promesa de obtener un título universitario y que éste les garantice éxito y estabilidad económica resulta ser un espejismo para muchos.

Y aunque no podemos generalizar, y tampoco demeritar el emprendimiento ya que es muy bueno, es una realidad que muchos que decidieron seguir con una carrera universitaria ahora se encuentran trabajando en áreas completamente distintas a lo que estudiaron.

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Algo que debemos preguntarnos es ¿por qué ocurre esto? Hay varios factores detrás de esta situación. En primer lugar, el mercado laboral ha dejado de ser atractivo. Aquellos graduados de universidades, especialmente en áreas sobresaturadas como la administración, el derecho o las ingenierías, han encontrado pocas oportunidades de crecimiento profesional o, más importante, alcanzar una movilidad socioeconómica.

A diferencia de sus padres, quienes en muchos casos lograron estabilidad a través de una carrera universitaria, los millennials ven que estudiar una profesión ya no es garantía de un mejor futuro.

La falta de estabilidad, salarios bajos y la sobrecarga laboral son solo algunos de los problemas que enfrentan los millennials. En cambio, los oficios y el trabajo freelance permiten la posibilidad de manejar tiempos, espacios e ingresos rápidos (pero no siempre altos).

En todo el mundo, los millennials enfrentan cambios en sus perspectivas laborales debido a la globalización, el avance tecnológico y la precarización del empleo formal. 

Termino esta columna de opinión haciendo énfasis en que no hay intención alguna de criticar las decisiones de las personas que han optado por un oficio a una profesión, sino de poner de manifiesto las circunstancias sociales y económicas que han llevado a estos cambios en las preferencias laborales de una generación que, como todas las anteriores, buscan abrirse camino en un mundo de constante transformación.