Editorial por Luis Molina
Les quiero contar una experiencia que me tocó vivir hace unos días atrás la cual me llegó al corazón y ahora les explico por qué.
Resulta que una pareja joven de hispanos me llamó para preguntarme cómo le podían hacer para poder registrar su negocio y aunque me comentaron que ya llevan un año operando querían hacer las cosas bien y crecer.
Yo la referí a una oficina donde les pudieran ayudar a registrar su negocio. Lo que me conmovió fue que ellos no solo me llamaron para eso si no para decirme que querían apoyar el evento donde El Informador que regala mochilas y útiles.
Es sorprendente que a pesar de estar emprendiendo ya están apoyando esta gran causa, LA EDUCACIÓN DE NUESTROS PEQUEÑINES. Esto nos deja ver que quien de verdad quiere apoyar lo puede hacer.
Sin embargo, muchas veces el que menos tiene es el que da más y este es un ejemplo perfecto, comenzando su negocio ya están apoyando una buena causa.
Por otro lado, hay unos negocios establecidos ya por años y que se han enriquecido con la comunidad y no quieren regalar ni un chicle. Pero bueno sabemos que de todo habrá en la viña del señor.
En una ocasión Jesús estaba en las arcas de la tesorería y se puso a observar cómo la gente daba sus donaciones y le llamó la atención una viuda que solo echó dos moneditas de muy poco valor y el mencionó que ella echó más que todos los demás porque ella echó todo lo que tenía, pero los ricos echaron solo lo que les sobraba.
De modo que no tenemos que ser millonarios para ayudar.
