Por Miguel Ángel/El Informador
WYOMING, MI.-
ALUDOS Informados amigos… hay historias de vida que ni al mejor escritor o guionista se le podrían ocurrir porque rebasan los límites de lo fantástico y llegan a tocar lo increíble. El mundo del deporte nos regala nuevamente una gran historia digna de contar.
Jonás Gutiérrez fue un niño que superó una parálisis total en la parte izquierda del cuerpo gracias al deporte, su madre por prescripción médica lo llevó a practicar futbol para que realizará ejercicios físicos que le ayudarían a fortalecer los músculos. Así inicio una carrera deportiva llena de milagros.
Inició en el futbol y desde la cantera se le vio como un jugador diferente; brilló con el Vélez Sarsfield de Argentina y queda para el recuerdo que a los cinco minutos de haber ingresado a la cancha en su debut en Primera División se lanzó de palomita para anotar su primer gol como profesional y el cual le dio el triunfo a su equipo en un partido muy cerrado ante Peñarol. Después emigró al Viejo Continente para jugar en el Mallorca, Newcastle y Norwich City.
El 19 de mayo de 2013 es una fecha que Jonás nunca olvidará porque en el partido entre el Newcastle y Arsenal, en una jugada vino un choque con el francés Bacary Sagna, el cual resultó en un fuerte golpe en la zona testicular. Terminó la temporada y el dolor seguía siendo muy intenso, por lo que el cuerpo médico del Newcastle realizó todos los estudios correspondientes y fue cuando llegó la peor de todas las noticias: Tenía un tumor en el testículo derecho, el cual había que extirpar urgentemente.
Se realizó la operación y viajó de vuelta a Argentina para recibir quimioterapia en su país al lado de su familia y seres queridos. Aunque el futbol parecía cosa del pasado, lo urgente era no perder la fe, atender el tratamiento y tener la valentía necesaria para afrontar ese terrible pasaje, ¿y por qué no?, salir adelante y continuar con la vida.
Y así fue. Aquella terrible faceta, que a muchos hubiera destrozado, fue superada y regresó a su equipo en febrero de este año, para reaparecer un mes después contra el Manchester United entrando de cambio al partido. Pero si el milagro de luchar contra el cáncer y vencerlo, además de regresar a las canchas de futbol para jugar era poco, el domingo pasado Gutiérrez saltó de la banca para ingresar a un encuentro clave en el que su equipo tenía que ganar al West Ham para evitar el descenso y seguir siendo de la Premier League.
Así que Jonás Gutiérrez, acostumbrado a ir contra la adversidad y luchar contra lo imposible, hizo el milagro. Dio el pase a su compañero Moussa Sissoko para el primer gol del Newcastle, pero vendría lo mejor, al minuto 40 Gutiérrez recibió un pase sobre el costado izquierdo y desde afuera del área sacó un derechazo cruzado para el 2 a 0, que al final es el gol que salvó a su equipo y lo convirtió en ese superhombre acostumbrado a vencer a la adversidad. El estadio, la afición y todos los que conocen su historia saben que su destino es diferente y que a su equipo le devolvió esa tarde algo de lo mucho que el Newcastle lo apoyó en su enfermedad. Un milagro más, tal vez, lo cierto es que en el deporte se pierde y se gana; cuando se cae, hay que levantarse, pero cuando se gana, hay triunfos que son para disfrutar el resto de la vida, y Jonás Gutiérrez vaya que tiene motivos para hacerlo.
Nos leemos la próxima, y recuerden: “La vida pondrá obstáculos, pero los limites los pones tu”.
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