Por: Miguel Ángel/El Informador
Wyoming, MI.-
aludos informados amigos…muchos tal vez conocen la fábula de las águilas y si no, aquí se las cuento. Las águilas al llegar a cierta edad, su pico, alas y plumas son demasiado viejas y tienen que tomar una gran decisión, morir o enfrentar un doloroso pero necesario proceso de renovación. Si la decisión es la segunda, las águilas se van a lo más alto de una montaña, se arrancan el pico, esperan meses para que nazca uno nuevo con el cual se desprenderán de sus uñas y talones. Una vez que comienzan a nacer sus nuevos talones, con ellos empezarán a desplumar sus viejas plumas, para que después de cinco meses puedan tener su vuelo de renovación que les dará ¡nueva vida por muchos años más! De esta fábula nace justamente la frase que todos conocemos: renovarse o morir.
Estamos viviendo en una época donde si no corres, te alcanzan y te rebasan, así de fácil. Así como las águilas
Los seres humanos tenemos la obligación y la elección de vivir este proceso reconociendo cada quien lo que debe arrancar de sí… para transformarse y sobrevivir. ¿Fácil? NO, no lo es ni lo será, lamentablemente si doloroso, pero sabiendo que aquí la cuestión es RENOVARSE O PERECER.
El proceso de renovación requiere que dejemos partir muchas cosas, incluso muchas personas que deben seguir su camino hacia un nuevo lugar. Los humanos sufrimos mayormente por nuestros apegos y nuestra resistencia a los cambios, aunque este sea para mejorar, aunque estos sean nuestra salvación…aunque no haya otra alternativa. Nos apegamos a las cosas y a las personas por que las creemos nuestras.
La buena noticia o la mala, es que el cambio que deseas para tu vida, está solamente en tus manos y en las de nadie más. Tienes que saber que sólo tú puedes ser el artífice del cambio. Y sólo depende de ti. Nunca pero nunca, dejes tus sueños en manos de otros.
Nos leemos la próxima… y tu ¿qué vas a hacer? ¿Te vas a dejar morir? O piensas renovarte.
