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Hasta por un vaso de agua sufren los migrantes

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Editorial por Luis Molina

En los últimos días han sido más frecuentes los brotes de violencia y ciertos conflictos entre migrantes, habitantes y comerciantes de la ciudad fronteriza de Juárez Chihuahua, y esto a causa de la nueva oleada de personas que pretenden ingresar a Estados Unidos por esta frontera, lo que ha llegado a escalar hasta convertirse en una crisis humanitaria.

Son preocupantes los casos que abundan en las calles sobre los dependientes de tiendas de barrio y de las cadenas comerciales que son incluso extorsionados o amenazados por los extranjeros que llegan desesperados por la falta de agua o comida que padecen.

Igual de graves son las experiencias que viven los maltratados migrantes entre los rumores de que la Patrulla Fronteriza abrirá puntos de acceso para tramitar sus peticiones de ingreso al país vecino, pues allá hasta el vasito de agua les niegan cuando les llegan a abrir las puertas para procesar, generalmente, su deportación inmediata.

Esa negativa incluso a usar el baño en EU o darles agua para beber a los migrantes en las oficinas bien establecidas o las improvisadas que han sido montadas para procesar el tránsito de personas, ha provocado que, principalmente los que viajan solos, salgan de aquel país a Juárez nuevamente para conseguir algo de alimento.

De parte de México, las autoridades federales, estatales y municipales hicieron el compromiso de reforzar la colaboración, dando albergue a los extranjeros que tratan de cruzar, poniendo en marcha operativos de seguridad para ellos y sus familias y cercando a las bandas de “polleros” o “coyotes” dedicadas al tráfico de personas.

Del lado estadounidense no hubo compromiso humanitario alguno. Vaya, ni siquiera el de darles agua o alimento a quienes procesan con muy pocas posibilidades de éxito.

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Por si fuera poco, es nula la colaboración del gobierno de Texas, encabezado por Greg Abbott, con la autoridad federal del país vecino, lo que ha complicado incluso el transporte de mercancías por los puentes internacionales.

La hostilidad política en medio de una crisis migratoria que sube de nivel hasta parece el preludio de una próxima tragedia, muy posible de ocurrir en estos días si continúa la llegada de migrantes hasta el norte del país, con decisiones inhumanas del lado estadounidense y políticas ineficaces del lado mexicano.