Los Ángeles (EFE)
El gobernador de Texas, Greg Abbott, y el presidente del sindicato de la Patrulla Fronteriza, Brandon Judd, denunciaron hoy jueves que la Administración del presidente Joe Biden suministra fórmula alimenticia para bebés a inmigrantes indocumentados en medio de una carestía nacional del producto. “Los niños son nuestros texanos más vulnerables y valiosos y merecen ser puestos en primer lugar. Aun así, el presidente Biden ha ignorado a los padres en Estados Unidos que enfrentan la pesadilla de una escasez nacional de fórmula para bebé”, dijeron Abbott y Judd en una declaración conjunta difundida por la oficina del gobernador republicano.
Añadieron que “mientras madres y padres miran los estantes vacíos de las tiendas, la Administración Biden está feliz de proporcionar fórmula para bebé a inmigrantes ilegales que cruzan nuestra frontera sur”. “Esta es una más de las prioridades temerarias e insensibles de la Administración Biden en lo que toca a asegurar nuestra frontera y proteger a los estadounidenses. Nuestros niños merecen un presidente que ponga en primer lugar sus necesidades y supervivencia, no uno que les da suministros críticos a inmigrantes ilegales antes que a las personas a las que juró servir”, acotaron.
La declaración fue emitida el mismo día en que el presidente Biden habló con algunos de los principales fabricantes nacionales de leche en polvo para bebés, a los que presionó para que aumenten su producción, y anunció que importará mayores cantidades de este producto ante la escasez sin precedentes en su país. El mandatario demócrata conversó con los directores ejecutivos de las empresas Mead Johnson y Gerber, que producen fórmula para lactantes, y con las cadenas minoristas Walmart y Target, informó la Casa Blanca.
En las últimas semanas, encontrar leche en polvo para bebés ha sido todo un reto para los padres en distintos estados del país, un asunto que se ha convertido en arma arrojadiza entre republicanos y demócratas y que ha llevado al Gobierno federal a reaccionar. La escasez ha venido provocada por los problemas de suministro global ocasionados por la pandemia y las dificultades en la planta de producción que la firma Abbott, principal fabricante de leche para lactantes en EE.UU., tiene en Sturgis (Michigan).