El candidato demócrata Joe Biden tomó la delantera en el conteo de votos de los estados de Georgia y Pensilvania, lo cual le aseguraría definitivamente su camino a la presidencia de Estados Unidos como el mandatario con más votos populares (casi 73 millones) en la historia de la nación.
El escrutinio de los votos por correo, que se empezaron a contar de último en esos dos estados, hizo que el ex vicepresidente revirtiera el resultado positivo que estaba teniendo Donald Trump cuando solo se habían contabilizado los votos de las personas que ejercieron su derecho de forma presencial el propio día 3 de noviembre.
La más reciente actualización de las 8 de la mañana de este 6 de noviembre indica que Biden lidera Pensilvania por 5.594 votos una diferencia del 0.1%, que de mantenerse cuando se termine de contar el 5% de las boletas que faltan, daría al demócrata los 20 votos electorales que otorga el estado.
Por su parte, en Georgia con el conteo del distrito electoral en el cual está enclavada la ciudad de Atlanta, Biden también está logrando revertir la tendencia republicana y ahora saca una ventaja de poco más de mil votos cunado ya se han contabilizado el 99% de las boletas. La habilidad del demócrata para conquistar el electorado de las grandes ciudades y áreas suburbanas ha sido una tendencia a lo largo de todo el país.
Nevada y Arizona son otros 2 estados en disputa, pero allí Biden tiene más ventaja sobre todo en Arizona donde la distancia de Trump es más del 2%, por lo cual ya algunos medios de comunicación le dan los 11 votos que otorga el estado fronterizo con México.
Es así que el político de 77 años tiene asegurados 264 votos de los 270 necesarios para llegar a la Casa Blanca. De concretarse la victoria en el resto de los estados en disputa, es decir, Nevada, Georgia y Pensilvania, pudiera llegar a la cifra de 306 votos consolidando una victoria aplastante a nivel nacional, aunque cerrada al interior de esos estados.
Desde antes de las elecciones Trump confesó que no le gustaba perder y así ha sido hasta ahora donde desde el primer momento ha clamado por un fraude sin presentar pruebas.
El presidente no ha clamado por la paciencia en el conteo de los votos tal como indica las leyes electorales de cada estado que se maneja de forma independiente, pues en EEUU no hay un órgano rector del poder electoral, cada estado tiene una junta electoral comandada por un secretario estatal que es un empleado público sin carácter partidista.
Muchos miembros del Partido Republicano no apoyan las acusaciones de fraude de Trump. Por ejemplo, el exsenador republicano Rick Santorum calificó de “peligrosas” las acusaciones de fraude electoral.
“No lo sabemos en este momento [si ocurrió fraude], y que el presidente salga y diga que sí sin ninguna evidencia de eso, es peligroso”, declaró el político en una reciente entrevista concedida a la cadena CNN.
