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Nativos comparten cultura y tradiciones en evento anual

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Joel Morales/GRAND RAPIDS, MI 

Cientos de personas acudieron a el parque Riverside el pasado fin de semana (9 al 11 de junio), para la celebración del Trigésimo Noveno (Three Fires Pow Wow) y para ver a diversas tribus indígenas compartir las tradiciones y cultura de sus antepasados.

Entre otras cosas se presentaron danzas, canciones, actuaciones, venta de artículos auténticos nativos, como también venta de comida indígena y se reconocieron a los alumnos graduados de la escuela secundaria.

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«Tenemos 10 años viniendo al evento», comentó Otilia Sánchez a El Informador, mientras que su esposo Humberto disfrutaba unos alimentos indígenas que acaba de comprar en el puesto (Anishnabe Meejim Native American Food). «Nos enteramos del evento por personas que se estaban hospedando en un hotel en Walker en ese tiempo y donde estábamos trabajando, y es cuando empezamos a venir. Es muy bonito y nos gusta mucho su comida y sus artesanías», agregó.

De su parte, Paul Raphael, maestro de ceremonias para el evento e integrante de la tribu «Odawa» del norte de Michigan, nos explicó que el nombre del evento conocido como Pow Wow viene de la palabra indígena «Jingtamok», que traducido es «Doblar la Rodilla», que se relaciona a las danzas que se llevaban a cabo durante la celebración.

Mientras nos mostraba fotos de un álbum viejo y medio deteriorado, de amigos que participan y que en el pasado han participado en danzas, algunos ya fallecidos, se detuvo al ver una foto de su sobrino por nombre Fred tomada hace 30 años atrás.

«A mí me enseñaron nuestras canciones y danzas desde muy pequeño, y ahora yo le estoy enseñando esto mismo a mis hijos», dijo Raphael. «La danza es un estilo de vida», agregó.

El maestro de ceremonias manifestó que su hijo creció en el estado y que ahora es uno de los cantantes principales en uno de los mayores grupos de tambores en el país. «Mi hijo ahora enseña las canciones y también es un bailarín», agregó.

Al igual nos encontramos con Tito Pizaña, mexicano-americano, de 59 años de edad, de Kentwood, quien admiraba los artículos en los puestos de mercancía de los indígenas. «He estado viniendo todos los años a esta celebración desde que era pequeño», indicó el hispano. «Me gusta la cultura, la música de ellos, especialmente los tambores», agregó.

Pizaña también resaltó que los nativos americanos ahora están empezando a sostenerse por sí mismos y que ahora forman parte de la vida. Dijo que están demostrando quienes son y no lo que (la sociedad) le enseñó que eran. Agregó que los mismos nativos americanos ahora le están dando la mano a sus propias familias como también a otros.

«Son propietarios de sus casinos, están construyendo edificios, escuelas, iglesias como también contribuyendo a sus comunidades como a los veteranos”, indicó. Afuera de un puesto de ponchos conocimos a Alaina Rockwell, de 40 años de edad, quien asistió al evento con su hija Anoriah, de 14 años.

«¡Me encantan, están hermosos!», exclamó Rockwell, al ver los distintos ponchos en uno de las docenas de puestos en el evento. «Yo uso los ponchos todo el año,» agregó. «No uso abrigo porque no me gusta sentirme encerrada, y también se pueden usar como una cobija. El poncho es parte de mi identidad diaria», agregó.

Rockwell indicó que una de las metas principales del Pow Wow (el evento), es la educación de la cultura indígena. «La educación es primordial entre la familia nativa», dijo la mujer. «Los ancianos juegan un papel muy importante en esto, luego los mayores educan a los menores», concluyó.